¿Otra psicóloga en Instagram? Sí. Pero no eres una más.
Abres la app y es un desfile. Psicólogas por todas partes. Hablando de límites, ansiedad, apego, autoestima… Y tú piensas: “¿Qué hago yo aquí si ya está todo dicho?”
Y no. No está todo dicho. Porque nadie lo dice como tú. Nadie lo acompaña como tú. Nadie lo cuenta desde tu historia. Ese es el punto.
Instagram no está saturado de psicólogas. Está saturado de contenido genérico. De frases recicladas. De “lo mismo de siempre” pero con otro fondo de color.
Y eso es justo tu oportunidad. No para competir. Sino para conectar.
La gente no busca psicólogas perfectas. Busca psicólogas reales.
Tú no tienes que ser la que más likes tiene. Ni la que baila mejor en los reels. Tienes que ser tú. Mostrarte. Explicar lo que haces de forma sencilla. Compartir lo que de verdad piensas, no lo que “queda bien decir”.
Porque cuando una persona está perdida, dolida o desbordada, no necesita un show. Necesita sentir que tú la entiendes. Y que tú le puedes ayudar.
Haz menos, pero hazlo con intención
No publiques por publicar. No te obsesiones con algoritmos. Tu contenido no tiene que ser viral. Tiene que ser útil. Honesto. Y tuyo.
Y sí, puede que tardes un poco más. Pero cuando conectes con las personas adecuadas, verás que no necesitas miles de seguidoras. Solo unas pocas que digan: “Con ella, sí.”
¿Sigues sintiéndote una más?
Entonces quizás no estás mostrando lo que te hace única. No por falta de valor, sino por falta de estrategia. Y eso se trabaja. Se entrena. Se alinea.